Diario de campo

Atracciones no normativas

Aulas por la Equidad termina su bloque de sensibilización con una última sesión sobre atracciones no normativas

Después de haber trabajado los roles y estereotipos de género, estaba claro que había que tocar el tema de la orientación sexual, las atracciones no normativas. Durante las sesiones anteriores, una de las conclusiones a las que llegamos fue que la sociedad castiga de forma absurda a las personas si no son como deberían. Es decir, castigan a hombres y a mujeres si no son todo lo masculino o todo lo femenina que la sociedad nos dicta.

¿Cómo castiga la sociedad a estas personas? A través de palabras como «camionera» o «maricón». Sin embargo, algo que reflexionamos en las sesiones era si verdaderamente estábamos hablando de la orientación sexual de la persona. Al principio, los grupos no entendían qué era lo que se estaba planteando. «Maestro, ¿qué tendrá que ver una cosa con la otra? Es una forma de hablar». Claro que es una forma de hablar, ¿pero qué estamos queriendo decir? Efectivamente, el chico que no juega al fútbol, no viste como los catálogos de ropa o no se comporta como un gallo en un corral de gallinas no tiene por qué ser «maricón». Al igual que la chica que viste con ropa ancha, se echa las rodillas abajo en la pista de baloncesto o no se pinta los labios no tiene por qué ser «camionera».

Pero, ¿sabemos cuál es el origen de estas palabras? «Camionera» viene de camión, de mujer que conduce un camión. Una profesión como otra cualquiera y bien digna. Sin embargo, según el imaginario colectivo, las camioneras ejercen una profesión que no les corresponde, conducir camiones es algo de «hombres». «Maricón» viene del diminutivo «marica», del diminutivo del nombre «María». En otras palabras, un «maricón» es una «María», una mujer. Claro, lo peor que puede ser un hombre es ser una mujer, o cualquier cosa que se le parezca.

No tiene nada que ver cómo somos o cómo nos comportamos con quién o quiénes nos atraen. Sin embargo, ese castigo social lanza una mancha contra todas las atracciones no normativas. Una mancha que se convierte en estigma y que nos acompaña a algunas personas toda nuestra vida.

Por eso, en los grupos trabajamos el no volver a utilizar esas palabras para describir a las personas. Hay que dejar de utilizarlas si queremos dejar de pensar que tener una atracción no normativa es algo malo.

Para conocer estas orientaciones sexuales o atracciones no normativas, nos acercamos a los diferentes términos:

  • Homosexual: persona que se siente atraída por otra de su mismo género. Aquí encontramos a lesbianas y a gais.
  • Heterosexual: persona que se siente atraída por otra de otro género.
  • Bisexual: persona que se siente atraída por más de un género.

Además de ver atracciones no normativas, los grupos sacaron otros términos, como «asexual». La asexualidad no es en sí una atracción, sino una intensidad de nuestro deseo. Significa que la persona no experimenta un deseo hacia la masturbación, las relaciones sexuales con otras personas y/o hacia las relaciones románticas igual que el resto.

La última sesión nos cundió mucho y sirvió para que todos los grupos sintieran el «gusanillo» de seguir trabajando en el bloque creativo.

¡Seguimos trabajando! ¡Seguimos transformando!

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